Jujuy científica

JUJUY CIENTÍFICA: ESQUILA DE VICUÑAS SILVESTRES. EL CHAKU

En la décima quinta entrega del proyecto editorial universitario.

17 de diciembre 2020

Estudio a cargo de Jorge Luis Baldo, Yanina Arzamendia y Bibiana Vilá.

Los camélidos sudamericanos son el principal recurso para los pobladores del Altiplano. Cuentan con cuatro especies, dos silvestres: vicuñas (Vicugna vicugna) y guanacos (Lama guanicoe) y dos domésticas: alpacas (Vicugna pacos) y llamas (Lama glama).

Las matanzas incontroladas de vicuñas llevaron a su casi extinción. Se calcula que para 1967 quedaban solamente unas 10.000 en todos los Andes de Argentina, Bolivia, Chile y Perú. En Argentina se calcula que solo subsistían unas 2.000 vicuñas. Ante el peligro de extinción, las provincias y países andinos firmaron en 1969 el primer Convenio Internacional para la Conservación de la Vicuña. Se prohibió su caza, se crearon numerosas áreas naturales protegidas y se reguló estrictamente el comercio internacional de fibra.

Jorge Luis Baldo, Yanina Arzamendia y Bibiana Vilá del VICAM-CONICET-INECOA/INBIAL-UNJu trabajan en el diseño e implementación de un modelo de uso sustentable de la especie, el cual integra la conservación de la vicuña y su hábitat con el potencial desarrollo local.

A partir de la recuperación de las poblaciones de vicuñas, las comunidades andinas tienen la posibilidad de utilizar la fibra de vicuñas vivas para su beneficio económico, a través de planes de manejo responsables amparados en el Convenio de la Vicuña.

El chaku es la forma ancestral de capturar a las vicuñas silvestres para esquilarlas y luego liberarlas. Las personas caminan sosteniendo sogas con cintas de colores (chimpos) y forman una barrera, llevando a las vicuñas hacia una manga de captura, que termina en un corral. Antes de capturar vicuñas hay que saber cuántas hay y en qué superficie de terreno. También se debe observar cómo se comportan y mueven en el campo. Toda esta información es muy útil a la hora de tomar decisiones como, por ejemplo, hacia dónde colocar las mangas y el corral.

Las personas en el arreo deben caminar lentamente sin gritar y muy tranquilos para que las vicuñas no se espanten. La manga de captura es un gran embudo construido con postes y una red plástica negra, poco visible, de 2 metros de alto, colocada el día anterior. Las mismas vicuñas no pueden esquilarse todos los años; tardan dos años o más en recuperar el largo de su fibra. En la Puna de Jujuy sólo se puede esquilar las vicuñas en primavera porque las condiciones climáticas son más benignas y para cuidar a las hembras preñadas.

Es muy importante el acuerdo entre vecinos, técnicos y científicos ya que se necesita trabajo, tiempo y esfuerzo para que el chaku sea exitoso. Al organizarse de forma comunitaria, se comparten las responsabilidades, tareas y beneficios obtenidos por la venta de la fibra.

Las investigaciones sobre las vicuñas y su ambiente permiten conocerlas mejor y diseñar, junto con las comunidades, capturas más eficientes, disminuyendo los riesgos en los animales y perfeccionando un método que se basa en el respeto a la naturaleza.

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